viernes, 26 de agosto de 2011

Paz

Su rostro yacía de lado en el suelo. Sonreía. Hacía mucho tiempo que no sentía tanta paz. Sus pensamientos fluían al ritmo del viento, se dejaban llevar. Imaginaba el mar. Siempre le transmitía paz ese sonido relajante de las olas chocando suavemente contra las rocas, esa brisa que le refrescaba y le peinaba su larga melena rubia, ese azul verdoso casi transparente bajo el que imaginaba todo un mundo submarino.
Se sentía pequeña y grande a la vez. Una persona única entre más de seis mil millones de seres humanos. Sí, esa era ella. Y así quería ser.

jueves, 27 de enero de 2011

Incluso podría haber muerto alguien

Jared Lee Laughner era un joven estadounidense totalmente desconocido. Hasta que el día 9 de este mes acudió a un congreso político en Tucson y en el turno de preguntas se lió a tiros contra una congresista estadounidense y todo lo que se cruzó en su camino. El resultado lo sabemos todos: 6 fallecidos y 12 personas heridas. ¿Qué le pasa por la cabeza a un chaval de 22 años para cometer este grave atentado? Los medios dicen que es un perturbado mental que está muy enfadado con cómo se están haciendo las cosas en su país. ¿Cómo llegan a esta conclusión? Al parecer, colgó un vídeo en su cuenta de Youtube (visible para todo el que quiera) en el que, borracho y enfadado, critica la educación estadounidense. Además, han encontrado en su casa escritos en los que se puede leer “mueran policías” y “muere perra”, refiriéndose a la congresista Giffords, actualmente luchando por su vida. Pues sí, parece que este chico estaba muy enfadado. Así que acudió a una tienda, compró un arma y unas cuantas balas, y fue al congreso dispuesto a cargarse a Giffords.

Políticos y congresistas lamentan las muertes. Y culpan de la masacre a la locura de Laughner, o al Tea Party y su uso de las armas en la publicidad contra sus oponentes, entre las que estaba la congresista hospitalizada. Sí, de acuerdo. Pero, lamentablemente, hay muchas personas como este chico. Lamentablemente este chaval no es ninguna excepción. Hay mucha gente que tiene problemas mentales, a las que les da un cortocircuito mental en un determinado momento, y si le pones un arma delante la usa. Ojala todos estuviésemos en nuestro sano juicio para actuar correctamente en todos los momentos. Pero eso no es así. Por supuesto no justifico lo que ha hecho este asesino. Pero si las armas no fuesen legales, ¿cómo se habría desarrollado la historia? Necesitaría una licencia, un montón de papeleo... ¿Le merecería la pena? Hay gente que culpa a la sociedad estadounidense de este tipo de matanzas. La sociedad del miedo, dicen. Se sienten amenazados, por eso portan armas. Por seguridad. De hecho, desde la matanza de Tucson la venta de armas ha aumentado un 5%. Todavía tenemos en la memoria otros sucesos similares a manos de chavales que rondan la edad de Laughner: la masacre de Virginia Tech o la de Columbine, por ejemplo. Todos eran jóvenes enfadados con el mundo. Posiblemente tenían miedo de algo, pero lo más importante del asunto es que tenían un arma a su disposición. Y si dispones de una, puedes usarla. Resulta paradójico, por otra parte, que la congresista estaba a favor de la ley de armas. De hecho, tiene una Glock parecida a la que uso Laughner para dispararle.

No sé si una posible ilegalización podría ser la solución para que esto no vuelva a pasar. Pero me gusta pensar que, de ser así, esta columna tendría otro comienzo: Jared Lee Laughner es un joven estadounidense totalmente desconocido. Hasta que el día 9 de este mismo mes acudió a un congreso político y en el turno de preguntas quiso pegar un tiro a una congresista estadounidense. Pero no tenía un arma para hacerlo. No se las vendían, puesto que tenía un problema mental. Y menos mal, porque eso podía haber acabado siendo una masacre. Incluso podría haber muerto alguien.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Mensajes de esperanza

MENSAJES DE ESPERANZA

El Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca ha dado un paso adelante en la curación del cáncer de mama, descubriendo que mezclando dos medicamentos será posible la curación en 30 o 40 años de un tipo de cáncer de los más duros.

Pepa Pagola tenía 40 años cuando le diagnosticaron un cáncer de mama. Su caso fue especial porque a los 18 también había convivido con la enfermedad, cuando le detectaron un linfoma, otro tipo de cáncer. Por eso, vivió la noticia de una manera diferente: ya había pasado la quimioterapia, la radioterapia, ya sabía lo duro que era eso. “Cuando me diagnosticaron el cáncer de mama, era un bultito muy pequeño, me tuvieron que quitar el pecho porque, al haberme radiado ya antes la zona, no me podían volver a radiar. Entonces quitan el pecho por precaución”, explica Pepa. Recuerda que el shock fue muy grande, no podía creerse que tuviera otro cáncer, y de mama, con el choque emocional para la mujer que ello supone. ¿Tendrían que quitarle el pecho? Reconoce que, después de que el médico le dijera que el cáncer no le iba a matar, el aspecto físico fue su mayor preocupación. Entonces decidió que quería saber más información y acudió a la asociación Saray.

Saray es la Asociación Navarra de Cáncer de Mama, de la que Pepa es actualmente directora. Carol Huarte trabaja en la asociación desde su creación en 1996: “Lo que desde la asociación intentamos es acompañar a la mujer emocional y psicológicamente, porque al final el cambio es muy brusco, de la noche a la mañana te dicen que tienes un cáncer, con el choque emocional que eso supone”. Con este fin, tratan de aportar toda la información que pueden a las afectadas y a sus familiares. Para ello cuentan con un equipo muy completo, con una psicóloga que ayuda a las mujeres en todo el proceso y con un grupo de voluntarias que han pasado por lo mismo y quieren colaborar en que pasen el cáncer de la manera más fácil. También cuentan con cursos de teatro terapéutico y pilates, para la recuperación física de las mujeres. Porque, aunque una mujer que pase un cáncer de mama se recupere satisfactoriamente en poco tiempo, suelen quedar secuelas, emocionales pero también físicas, y eso es algo que también hay que apoyar y tratar. “Está el tema del linfedema, es una secuela que, al extirpar los ganglios de la zona axilar, el brazo se queda con menos sistema inmunológico, con lo cual tiene más riesgos a hincharse, a infectarse, y la mujer tiene que tener unos cuidados de por vida. No puedes levantar pesos, no te puedes cortar, quemar, no te pueden picar insectos porque cualquier cosita se te pueda infectar y eso provoca el linfedema. Esto puede afectar al trabajo de la mujer, por ejemplo. Cada vez hay más mujeres jóvenes que tienen muchos problemas para volver a trabajar”, explica Pepa.

Estudio esperanzador

Un estudio reciente realizado por el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) ha descubierto que la combinación de dos medicamentos mata las células tumorales que provocan un tipo de cáncer de mama que corresponde al 30% de todos los cánceres de mama que existen. Este tipo, el que tiene un mayor nivel de la proteína HER2, es uno de los más duros y en él no funciona el tratamiento convencional. El investigador Atanasio Pandiella lidera el equipo de investigación. La combinación entre la Herceptina, anticuerpo que usualmente se le aplicaba a las mujeres con cáncer de mama, y el Sprycel, que se emplea en leucemia, provoca que el ADN de la célula tumoral se dañe”. Se ha probado con éxito en cultivos celulares y en ratones, pero el CIC ve con optimismo el uso en humanos. Se seleccionarán 40 pacientes y el estudio durará un año y medio y, si tiene éxito, tendrá continuidad con un grupo más amplio.

Las dos integrantes de Saray coinciden en que “es algo muy positivo que se avance en estas investigaciones”. Sin embargo, destacan que hay que recibirlas con “alegría pero con precaución”. Debe seguirse investigando porque no está todo hecho. Esta investigación se centra en un tipo de cáncer de mama específico y aún no está probado en pacientes. Por eso hay que alegrarse pero seguir luchando. Sí destacan que “el porcentaje de curación es muy alto, el 90% de las mujeres lo supera”, así que todo lo que consiga que ese porcentaje aumente será una alegría. Pepa recuerda que, hablando de la noticia con el cirujano Fernando Domínguez, del Hospital Virgen del Camino, éste le decía que había que transmitir en especial “mensajes de esperanza” sobre estas investigaciones, ya que es positivo que se siga investigando y estas grandes noticias aumentan la necesidad de estos “mensajes de esperanza”.

Por otra parte, Pepa destaca desde su experiencia que “las secuelas de la enfermedad son importantes, por los tratamientos, por la enfermedad, por las operaciones…, así que es necesario que se investigue también en esa línea. Cada vez hay mujeres más jóvenes, o mujeres trabajadoras fuera de casa… Entonces la dificultad para luego reintegrarse es mayor”. Y es que es un tipo de cáncer con unas connotaciones diferentes a los demás: perder el pecho, por ejemplo, afecta a la mujer porque es un símbolo de la maternidad, de la feminidad, de la sexualidad y eso es algo que afecta mucho psicológicamente. “Además, la mujer ha adoptado un rol de “cuidadora del hogar”, y cuando se le diagnostica cáncer de mama le afecta también psicológicamente, en lugar de cuidar de los suyos los suyos tienen que cuidar de ella y eso hace que se cree en ella una sensación de culpabilidad y de debilidad”. Pepa recuerda que cuando acudió a Saray tenía muchas dudas, y le ayudó mucho conocer a una socia que estaba pasando lo mismo que ella, pero dos meses por delante, así que conoció de primera mano cuál era el siguiente paso que iba a tener su enfermedad. “Yo vi que ella estaba bien, le pregunté mis dudas, y para mí supuso una gran ayuda, la mayor ayuda. Eso me tranquilizó mucho. Esa es precisamente una de las mayores ayudas que nos piden en la asociación: hablar con mujeres que han pasado por lo mismo. Una cosa es que te lo cuente el médico y otra muy diferente verlo tú con tus propios ojos”.

Pepa destaca el comienzo de todo como lo que más angustia crea. “No sabes qué va a pasar, cómo vas a quedar, cómo te va a quedar el pecho, no sabes nada, por mucho que te expliquen no sabes nada”. El médico le dijo que le preguntara cualquier duda que tuviera, así que miró en Internet, porque sentía que necesitaba tener mucha información. Y claro, en Internet vio de todo, y fue al médico con una lista de dudas enorme. Y su caso al final no resultó ser tanto como había visto en toda esa información sin contrastar. Pero cuando a alguien le detectan por primera vez un cáncer todo es desconocido. Pepa ya había vivido el linfoma en su juventud, y ya había vivido la quimioterapia. Sabía lo duro que era, y más cuando se la dieron a ella, hace 30 años. “Los efectos secundarios ahora son mucho menores de lo que eran antes. Pero es esa angustia, el informarte, la aparición del miedo, te planteas el miedo a la muerte.” Además, una vez pasado, el cáncer no se da por curado totalmente hasta después de, mínimo, 5 años. Por esa angustia “es muy importante la ayuda de la psicóloga, de la trabajadora social y de las personas que han pasado por la misma historia”. De hecho, la asociación se formó con la principal demanda de estar con más mujeres, no sentirse sola. “Bien es cierto que Saray lleva 14 años funcionando, y hace 14 años el sentimiento de soledad era mucho mayor”, añade Carol Huarte.

Pepa reconoce que el resto de la gente, los amigos y familiares especialmente, tienen una voluntad increíble, todos están ahí apoyando y ayudando, pero la buena voluntad de ayudarte y el saber ayudarte no tiene nada que ver. “Además, no sabemos pedir ayuda, pensamos en no preocupar a la gente, en que no nos vean mal. Y el resto de la gente hay veces que no te saben ayudar, solo intentan animarte. Y a veces lo mejor es que te dejen llorar y estar ahí a tu lado, pero llorar y desahogarte”. Pero es comprensible, no nos han educado en el sufrimiento y “es una situación muy complicada atender a alguien que está sufriendo de una manera tan fuerte”.

Ellas, desde la asociación, siguen luchando día a día por que las mujeres que pasan por esta situación puedan llevarlo de la mejor manera posible. Por eso, la próxima semana, con motivo del Día Internacional de Cáncer de Mama (martes 19 de octubre), y bajo el lema “Entre todos, seguimos avanzando – Guztion artean aurrera goaz”, han preparado un programa en el que habrá charlas informativas a cargo del doctor Jesús Zabaleta, ginecólogo del Hospital Virgen del Camino, de José J. Illarramendi, oncólogo del Hospital de Navarra y de Mº Antonia Ramos, genetista del Hospital Virgen del Camino. Además, pondrán mesas por varios lugares de Pamplona para recaudar dinero para la asociación, harán un café-merienda para los voluntarios que hayan participado en la cuestación y la socia Mº José Oraa presentará su libro “Células caprichosas”, en el que narra su vivencia ante el cáncer de mama. El programa finalizará con un evento de información-sensibilización el sábado 23 de octubre con la posterior “suelta de globos rosas”, color simbólico en la lucha contra este tipo de cáncer. Además habrá hinchables infantiles para los más pequeños. Más información sobre los actos en la página web de la asociación: www.asociacionsaray.com

El 8% de las mujeres sufrirá cáncer de mama durante toda su vida. Pero gracias a los avances médicos y a la detección precoz, el 90% lo superarán. Tanto Carol como Pepa ven el futuro con optimismo. “La medicina seguirá avanzando, confiamos en ello plenamente, a largo plazo pero avanzará, y la sociedad también está viendo con más normalidad la enfermedad, y eso es positivo para entender a las mujeres que lo están pasando”. El mensaje de esperanza es claro. Ahora sólo queda seguir luchando.

martes, 2 de noviembre de 2010

Un día no reído... es un día perdido

La risoterapia es una técnica que cada vez va adquiriendo más adeptos, incluso los médicos y psicólogos han comenzado a aconsejar a algunos de sus pacientes el uso de esta terapia

¿Recuerdas la última vez que reíste a carcajadas? Seguro que sí, son cosas que no se olvidan. Te quedas feliz, satisfecho, incluso cansado. Cuando reímos nos sentimos bien, y, sin embargo, nos reímos poco. Científicamente, se ha demostrado que la carcajada aporta múltiples beneficios: rejuvenece, elimina el estrés, la ansiedad, la depresión, las tensiones, adelgaza, reduce los dolores, el insomnio y es una terapia alternativa para tratar problemas cardiovasculares o respiratorios. Además, nos aporta aceptación, autoestima o relajación, entre otras cosas.

La risoterapia es más que una técnica, es una manera de ver las cosas de manera positiva, de ver la botella medio llena siempre, de reírte de todo para que la vida sea más llevadera. Esta técnica está teniendo cada vez más adeptos. Incluso los médicos y los psicólogos están comenzando a aconsejar a algunos de sus pacientes que acudan a estos talleres para completar su tratamiento: especialmente a pacientes con cáncer o con alguna enfermedad degenerativa pero también a mujeres con menopausia o a personas con problemas personales.

¿Cuál es la explicación científica del poder terapéutico de la risa? Cuando reímos a carcajadas segregamos muchas más endorfinas, también presentes en, por ejemplo, el chocolate. Las endorfinas son el analgésico natural del organismo y ayudan a un buen equilibrio psíquico de la persona. Por ello cuando reímos a carcajadas nos sentimos tan relajados. Como dijo el doctor Rubinstein, “la risa es un verdadero desintoxicante moral capaz de curar o por lo menos atenuar la mayoría de nuestros males. Y además, no hay ningún peligro si se supera la dosis”.

La risoterapia en Navarra

Pepa Marianas Rubio es una risoterapeuta que actualmente reside y trabaja en Navarra, aunque da talleres y cursos por todo el país. Pepa nació en Huelva y estudió teatro, especializándose en Teatro Cómico y Comedia del Arte. Fue entonces cuando conoció las terapias naturales, y la risoterapia le enganchó. Fue a Barcelona a entrenarse a fondo en esta técnica, en la institución “Salud Inteligente”. Desde entonces imparte cursos y talleres de Risoterapia y dinámica de la Risa, así como eventos y charlas.

Esta terapia puede utilizarse tanto con fines terapéuticos como fines lúdicos. “Viene gente de todas las edades. Son grupos muy heterogéneos. Suele haber más mujeres que hombres, y también jubilados, jóvenes…, aunque a los más jóvenes les cuesta más soltarse”, reconoce Pepa. Según esta pionera de la risoterapia en Navarra, la gente acude a las sesiones por diversos motivos: “al principio mucha gente va por curiosidad, también hay gente que dice que se ríe poco y quiere conocer a gente, o gente con algún disgusto que quiere relajarse y cada vez más recomendados por sus psicólogos o sus médicos de cabecera”. Sin embargo, “el motivo más común es el estrés y la vida rutinaria”, algo que, según Pepa, es bueno combatir mediante la risa. Osho, maestro espiritual indio, dijo en una ocasión que "la vida es en su totalidad una gran broma cósmica. No es algo serio, tómala seriamente y la perderás. Compréndela únicamente a través de la Risa".

Las terapias alternativas cada vez están cobrando más importancia en el tratamiento de enfermedades, pero, según Pepa, “es un apoyo, nunca pueden sustituir a la intervención profesional. La risa trae pensamiento positivo, optimismo, por eso ayuda con la depresión media”. Cuando te ríes, “quedas relajado y con la mente limpia, nos ayuda a recompensar los desequilibrios”. Y es que, con la risa, sudamos y soltamos una gran cantidad de energía: “cinco minutos de risa equivalen a 40 minutos de gimnasia”, dice esta risoterapeuta navarra.

Uno de sus lemas, “con la risoterapia cuerpo contento”, es el que utiliza en sus talleres para explicar a sus alumnos la importancia de la risa: mejora el estado del hígado, la vesícula biliar, los riñones, el corazón… Pero las propias personas que acuden a estos talleres se dan cuenta por ellos mismos de los muchos beneficios que tiene reírse: “te relacionas mucho mejor con las personas, la risa hace que las personas compartan algo entre sí y eso les acerca. Te cambia el estado de ánimo y eso repercute positivamente en tu vida cotidiana”. Todos sabemos muy bien que la risa se contagia, y lo que queda después de la risa, el sentirte bien emocionalmente, es lo más importante. “Otro de los beneficios es que te ayuda a perder el sentido del ridículo”, Pepa afirma que ella no se siente ridícula cuando, por ejemplo, tiene que explicar un ejercicio con la lengua afuera, y no ve ridículos a sus alumnos cuando tienen que hacer lo mismo. Ella los ve felices, y nota una diferencia notable en el brillo de su mirada. Además, “la risoterapia también es algo muy físico. Se fortalece la musculatura de la cara y tomamos 4 veces más aire al reír que cuando respiras de forma normal. Esto renueva la sangre y la tonifica mucho”, comenta Pepa. Aunque resulte difícil de creer, con la risa ponemos en marcha unos 400 músculos. Viene bien para todo: “los huesos de la columna vertebral y las cervicales, que es donde se acumulan más tensiones, se estiran, los ojos se limpian por las lágrimas que expulsamos, las carcajadas hacen vibrar la cabeza, despejan la nariz y el oído...”.

Estos talleres también pueden ser individuales, pero son más solicitadas las terapias en grupo, enriquece más el estar en compañía de gente. “En grupo nacen aptitudes que solo a lo mejor no encuentras”, afirma Pepa.

Junto a la logoterapeuta Ana Artázcoz, Pepa Marianas ha creado “la escuela de la alegría”, que consiste en combinar talleres de risoterapia con sesiones de logoterapia, reflexionando sobre el optimismo. La logoterapia es una terapia que consiste en buscar el sentido a la existencia para seguir adelante, a pesar de las dificultades que puedas tener en la vida.

Irune García es una navarra de 24 años que acudió a uno de estos talleres de risoterapia. “La primera vez que escuché que existía algo así me llamó la atención y quise saber en qué consistía, así que pensé que estaría bien probar la experiencia. Yo creo que a todos nos gusta reír, es una sensación agradable, y además, según parece, también es muy saludable”. Irune vio en la programación cultural de su pueblo que ofertaban esta actividad, y no dudó en apuntarse. Fue sola, con un poco de vergüenza, pero conforme iba realizando los juegos fue volviendo, poco a poco, a su infancia: “Nos juntamos unas 12 personas, la mayoría jóvenes de entre 18 y 30 años. Al principio me dio vergüenza empezar a hacer los juegos que nos proponía la monitora, pero a medida que iba pasando el tiempo cada vez estaba más a gusto y disfruté mucho”. Recuerda los ejercicios que hicieron: “Hicimos respiraciones para aprender a relajarnos, bailamos, imitamos animales, nos hicimos cosquillas unos a otros, aprendimos los cinco tipos de risa y para qué servía cada uno”. Porque cada vocal hace vibrar una zona del cuerpo determinada: la A hace vibrar los riñones, los ovarios, la matriz, el vientre y los intestinos, la E el estómago y el hígado, la I el cuello y la garganta, la O la cabeza y el cerebro y la U la espalda y los pulmones. Por eso es un ejercicio muy completo. Irune recomienda a cualquier persona que acuda a este curso, porque, para ella, “fue un curso muy enriquecedor”.

Otro ejercicio común de estos talleres es “la espiga”, aunque cada risoterapeuta lo llama de manera diferente. El juego consiste en que una persona pone la cabeza sobre la tripa del otro y alguien lo hará en la suya. Consiste en empezar a reírse y la risa se va contagiando de uno a otro.

Historia de la risa

Desde hace siglos, la filosofía ha reconocido la importancia que tiene la risa y el sentido del humor. El origen de la risa como terapia puede remontarse al antiguo imperio chino, hace más de 4000 años. Había unos templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud. Otro de los orígenes de la risoterapia está en la India, donde también se encuentran templos sagrados donde se puede practicar la risa. También en culturas tribales, como origen del payaso actual, existía la figura del "doctor payaso" o "payaso sagrado", un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.

Más adelante, el filósofo contemporáneo Sigmund Freud dio un paso adelante, atribuyendo a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, lo que ha sido más adelante comprobado científicamente.

En las últimas décadas se ha avanzado mucho en la aplicación de la risa como terapia. En los años 70, un doctor californiano, Hunter “Patch” Adams, conocido como el “doctor de la risa”, comenzó a aplicar la risa y el buen humor como apoyo en los tratamientos de enfermedades, obteniendo unos buenos resultados. A partir de entonces se empezó a utilizar esta técnica de la risa en muchos hospitales de EEUU, Suiza, Alemania y Francia. Respecto a ese doctor californiano, se hizo una película de su mismo nombre: “Patch Adams”, protagonizada por el conocido actor Robin Williams. En la película se narra la vida del “doctor de la risa”.

Por otra parte, hubo un caso muy comentado que también ha influido notablemente en el desarrollo de la risoterapia. Norman Cousins fue un periodista americano al que le diagnosticaron una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Cousins, sin hacer caso de los médicos, comenzó un autotratamiento muy especial a base de películas de Charles Chaplin y de los hermanos Marx. Aunque parezca difícil de creer, en unos meses su enfermedad cesó. Ciertamente, no se puede asociar científicamente una relación causa-efecto en el caso de Cousins, pero sí se puede afirmar que, en un gran número de casos, el estado de ánimo ha hecho mejorar en gran medida la salud de los enfermos. Es por esto que la risoterapia ha ido investigándose y desarrollándose como terapia complementaria a tratamientos médicos.

Por otra parte, organizaciones como Médicos sin Fronteras y Payasos sin Fronteras han utilizado la risa para trabajar con personas que, por una u otra razón, han perdido la sonrisa, tratando de que recuperen la felicidad a pesar de sus problemas. Un ejemplo de ello es el programa Correos reparte sonrisas, que ya lleva tres ediciones. Como novedad, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lleida se ha incluido la asignatura "El humor como herramienta terapéutica". Esto se ha convertido en un gran logro para el desarrollo de la risoterapia, cuyo futuro se augura prometedor, y es que, como dice Pepa Marianas en su página web (www.risoservicios.com), “un día no reído…es un día perdido”.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Punto y aparte*

Imagina que te despiertas encerrado entre cuatro paredes. De repente. Sin saber cómo has llegado ahí. Antes de estar en esa habitación tu vida era normal: tenías amigos, hobbys, sueños, familia, estudios...y, de repente, sin comerlo ni beberlo te encuentras encerrado no sabes dónde, no sabes por quién, y, lo que más te mosquea, no sabes por qué. En esa situación, hasta pasado un rato no se te ocurriría pensar cómo salir de ahí, estarías demasiado entretenido pensando en: ¿qué habré hecho para merecer esto?, ¿por qué yo?, ¿qué he hecho mal?
Ahora traslademos esa situación hipotética a nuestro día a día: ¿por qué cuando surgen problemas, en vez de pensar en cómo superarlos nos martirizamos pensando en el por qué? Nadie dijo que las cosas fuesen fáciles, al contrario, nuestra experiencia nos va diciendo que la vida, el día a día, está lleno de problemas, de preguntas sin responder, de situaciones difíciles...entonces, ¿por qué no nos acostumbramos a pasar página?

Necesito respuestas. Cualquier idea será bienvenida.

martes, 20 de abril de 2010

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¿Por qué tendemos a mirar sólo las barreras que tenemos en nuestro camino, en lugar de fijarnos en qué conseguiremos si logramos derribarlas? Nadie dijo que la vida fuese fácil, por eso hay que luchar por nuestros sueños, ser tenaces, y los conseguiremos. ¿Pero por qué resulta tan complicado pensar en el modo de hacer nuestros sueños realidad cuando parece que todo el mundo intenta truncar tu camino? Quizás porque tiendes a pensar que, si nadie te apoya, quizás te hayas equivocado en tu manera de vivir, quizás no sea la manera correcta, aunque tú así lo creas. A veces seguir un ideal no es lo mejor, visto lo visto…¿y si no por qué la gente triunfa en su vida pisoteando a los demás? Muchas preguntas y cada vez que intento encontrar una respuesta, en lugar de hallarla las preguntas se multiplican…



domingo, 14 de febrero de 2010

14 de febrero***

Aquel 14 de febrero fue algo diferente. Yo, como de costumbre, salí a pasear a mi Luna, mi perrita. Había nevado mucho y hacía muchísimo frío, así que no quería estar demasiado tiempo en la calle. Pero Luna no pensaba igual. Le encantaba revolcarse por la nieve, jugar a hacer hoyos… En cuanto pude ver que descansaba un poco le puse la correa y emprendí el camino de vuelta a casa. No sé si por el frío o porque me gustaba ver mis pisadas en la nieve virgen, yo iba mirando al suelo. De pronto, observé un papel en el suelo medio sepultado por la nieve. Era verde, por lo que llamaba la atención entre tanto blanco. Mi curiosidad me animó a agacharme para cogerlo, pensando que sería alguna propaganda de algún comercio o algún papel de alguna bolsa de chuches que se le habría caído a algún niño al suelo. Lo desdoblé y me di cuenta de que era una especie de carta; pensé que sería alguna tontería de esas que se escriben las parejas en San Valentín, pero aún así lo leí:

“Pensaba que te lo había dejado suficientemente claro: no quiero volver a verte. Aún así vuelves a dar señales de vida, ¿por qué? Mi vida ya está siendo muy dura desde que te fuiste como para que vuelvas a destrozarme. Quedó claro el papel que cada uno jugaba, y también quedó claro quién fue el ganador. ¿No te parece suficiente triunfo? ¿Aún te quedan fuerzas para volver a amargarme la existencia? Todavía hay ratos en los que pienso si realmente conseguí olvidarte, o si es algo que me creí momentáneamente, como una forma de auto-consuelo. Di mucho, pero mentiría si dijera que no esperaba nada a cambio. Sin embargo, si sólo hubiera recibido una mínima parte de lo que te di, me habría conformado. Pero no, no te bastó con no darme nada; es más, tuviste que quitarme parte de lo mío. No sé con qué insulto puedo calificarte, pero releo nuestra última conversación (sí, la guardé) y creo que te cambiaron. Creo que la persona que conocí no era esa con la que hablaba sin entender nada. Fui un bonito juego para ti, pero no te gusta ser el perdedor, así que tuviste que terminar rompiéndome el corazón. ¿Contento?”

Miré a mi alrededor. Todos los comercios tenían en sus escaparates frases como: “regala rosas por San Valentín”, “dile te quiero con este pack de móviles”, “felicítale en este día tan especial”… Sin embargo, me di cuenta de que todo eso era mentira. ¿Qué pasaba con toda esa gente que, como la chica que había escrito aquello, tenía que decir todo lo contrario? ¿Por qué no hay un día para decir “te odio”, “me has amargado la vida”, “no quiero volver a verte”? Quizás esa chica, al no tener un día en especial para decirle todo lo que necesitaba, lo había escrito, y, seguramente, al ver tantos corazones dibujados por los escaparates de aquellas calles, habría tirado lo escrito al suelo, viendo cómo la nieve lo tapaba.

Doblé el papel y me lo guardé en el bolsillo, pensé que quizás algún día tendría que sacarlo para escribir mi dedicatoria del día de “no-San Valentín”. Tiré de Luna, que había vuelto a revolcarse en la nieve, y fui andando hacia casa. Esta vez también miraba al suelo, pero no para pisar la nieve virgen, sino para no ver todos los corazones dibujados en los escaparates de este día “tan especial”. Prefería pensar que esa chica también tenía derecho a ser feliz un 14 de febrero.