domingo, 7 de diciembre de 2008

Contando estrellas***

Yaiza solía salir a pasear de noche, cuando todo el mundo dormía y la calle estaba desierta, sin coches, sin ruidos, sólo se oía el viento y el ruido de algún pajarillo que no lograba conciliar el sueño. Salía con su gata negra, que le seguía como si fuese su sombra. “Algún día se te escapará”, le solían decir a Yaiza. “Al menos ella será libre”, pensaba ella. Llamaba a su gata Hadi, que en árabe significa “que guía por el buen camino”, y la había recogido en la calle hacía 6 meses y 7 días, cuando él se fue. Desde entonces, había sido prácticamente su última compañía, además de su viejo cuaderno, en el que apuntaba cosas en sus escapadas nocturnas, mientras contaba estrellas. Tenía escritas muchas hojas. Le faltaban sólo 2 caras para acabar el viejo cuaderno. “Me compraré otro la semana que viene”, pensó. Yaiza nunca leía lo que había escrito los días, meses, años anteriores. No quería vivir en el pasado, prefería tratar de leer en su memoria lo que escribiría el mes siguiente, por ejemplo. Siempre se preguntaba si sería algo feliz, si esa noche se verían las estrellas a la perfección, o si, por el contrario, la luna brillaría con tanta fuerza que les robaría todo protagonismo. Entre todo pensamiento, oyó maullar a Hadi, que miraba con sus grandes ojos verdes hacia arriba. Yaiza hizo lo mismo, para contemplar con ilusión la gran luna llena que parecía colgada encima suya. “Menos mal que la luna ilumina mis sueños, porque soñar es lo único que nos queda”. Se tumbó y observó detenidamente el círculo perfecto que brillaba sobre ellos. Cerró los ojos.

“Mañana será otro día”, pensó.


4 comentarios:

Borja Echeverría Echeverría dijo...

Bonito, la protagonista sigue sus sueños, eso debería hacer mas de uno.
Seguro que te publican!

Kurtz dijo...

Muy buen relato, me ha gustado.
Saludos.

Belén dijo...

Y tanto que son dos días, y como dice un colega, uno está lloviendo!

Besicos

Belén dijo...

Pues si, la verdad es que el pensar que mañana es otro día relaja mucho...

besicos