miércoles, 27 de agosto de 2008

Mi película**

Hay días en los que no tienes ganas de nada. Piensas que ha sido una mala idea salir de tus sábanas para vivir un día más. No te apetece ver a nadie, pero tampoco te apetece estar sola...pero bueno, ¡qué os voy a contar! Si esto nos ha pasado a todos...

Suelo tener días así bastante a menudo, pero hubo un día que fue diferente. Me levanté de la cama pensando que no debería haberlo hecho, y me metí en ella pensando que ojalá todos los días fueran así.

Para contradecir mi estado de ánimo, ese día lucía un sol espléndido. Tanto brillaba que me fui a pasar el día con mi gente querida a la naturaleza. Ninguna estábamos de humor, así que se me ocurrió una idea que, aunque no nos convencía, tampoco nos dejaba de convencer: ya que durante el día no nos apetece vivir...¡vivamos la noche!

Y así fue...

Y así ocurrió...que te conocí. Ni siquiera tuve que tener la voluntad de conocerte... El destino (sí, sigo creyendo en él) hizo que, por alguna causa, nos juntáramos justo esa noche. Empezamos a hablar, pronto surgieron las sonrisas, al principio tímidas y luego algo más picaronas, para acabar riéndonos, síntoma de que ambos disfrutábamos con nuestra presencia. Primero quisimos saber parte de nuestro pasado: quiénes éramos, qué estudiábamos o si trabajábamos, qué hacíamos ahí, en ese lugar determinado en ese momento determinado... para luego empezar a pensar sólo en el presente. Nos olvidamos de quién éramos, sólo hablábamos, sonreíamos, disfrutábamos del momento...

Pase contigo muchas horas, y creía que estaba en un sueño. No porque fueras el chico perfecto, ni mucho menos, sino porque eso parecía una película. Hablamos de muchas cosas, y, no sé si te diste cuenta, pero apenas pestañeaba...me encantaba escucharte, y me daba la sensación de que éramos como dos almas gemelas, a muchos kilómetros de distancia, pero que en algún momento del camino debían juntarse, y ese momento era justo ese. Ambos sabíamos que después de eso tú te irías, pero no nos importaba. No pensábamos en eso. Sólo vivíamos el momento, y lo vivíamos juntos.

Recuerdo que eso fue una especie de paréntesis, por lo menos en mi vida. Cuando llegó el momento de marcharnos cada uno por nuestro camino, y volver a la vida de siempre, una gran sensación de alegría se mezcló con una pequeña sensación de tristeza...¿volveremos a vernos? ¿Te hacías tú esa misma pregunta?

No lo sé, pero lo cierto es que al poco tiempo volvimos a vernos. Seguía sin creérmelo, pues ya me había hecho a la idea de que no te vería más que en mis recuerdos...pero no fue así, una vez más el destino nos unió. Hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida, como si hubiéramos pasado no horas, sino días y años juntos... También ese día estuve horas contigo, y cada vez estábamos más cerca el uno del otro. Es increíble cómo una persona se te puede quedar grabada en la memoria por haber estado junto a ella tan sólo unas horas.

Ahora sólo queda el preguntarme...¿volveremos a vernos? No lo sé, porque eres toda una caja de sorpresas... Pensaba que después de esa primera vez no volvería a verte y volviste a aparecer.

No sé qué me deparará ahora el destino, pero, como te dije, ¡tienes una amiga aquí!

Continuará...¿?¿?¿?




"Porque esta noche se te va y se lleva tus partículas
a un mundo en el que nada, nada es mejor
Y no amanecerá hasta que no ilumines la función
Y alguien te espera y tú no estás, que cosa tan ridícula.
Son cuentos de leyenda y ciencia ficción
Y nada cambiará hasta que no ilumines la función."

lunes, 18 de agosto de 2008

¿Nostalgia?

Sólo teníamos 12 años. Nos cruzamos en este camino tan difícil de recorrer: la vida. No tardamos mucho en darnos cuenta de que éramos una especie de almas gemelas. En todo este tiempo, hemos hecho miles de cosas juntas... Tenemos miles de anécdotas, miles de fotografías, miles de historias con sólo dos protagonistas: tú y yo. ¿Discusiones? ¡Claro! ¡Quién no las tiene? Pero nos sirven para darnos cuenta de que no podemos estar separadas demasiado tiempo.

Y ahora...te vas. El camino de tu vida se ha desvíado hacia el lado contrario al que voy yo. Pero debes saber que, a pesar de estar a muchos kilómetros de distancia (aunque al fin y al cabo no son tantos), siempre estarás aquí, a mi lado. Porque cuando vaya a cometer uno de mis tantos errores, me vendrá a la cabeza uno de tus tantos consejos. Y te llamaré, para poder oírlos. Seguramente, como de costumbre, no les haré caso...pero sabes perfectamente que me hacen mucha falta.

Pero esto no es un adios, es tan sólo un hasta luego. Sé que vendrás siempre que puedas, sabes que iré siempre que pueda. Ambas sabemos que no es lo mismo, pero sólo te pido una cosa, que espero que recuerdes siempre:

"No me olvides. Yo no te olvidaré" PACK

martes, 12 de agosto de 2008

Bajo esos dos sombreros*

Bajo esos dos sombreros, que casi ocultaban la mirada de él y resaltaban hermosamente la de ella, se veían dos personas, aparentemente como tú o como yo.
Frente a ellos, el horizonte lucía en todo su esplendor. Bajo él, un mar azul, no tanto por su limpieza sino por el reflejo del cielo que parecía tener miedo de fundirse con el agua.
Tras ellos, había dos vidas: la de ella y la de él. Dos vidas distintas y paralelas a la vez.

- ¡Qué paisaje! – dijo ella.
- Es precioso…
- Tengo una sensación extraña en mi interior…como si esto fuera…
- ¡Un sueño! – interrumpió él.

Ella rió.

- Exacto.

Se besaron.

- Y ahora… ¿qué pasará?
- No, por favor, no pienses en el mañana. Tampoco en el ayer. Vive el instante, porque este es nuestro instante, y estamos juntos. Eso es lo que importa, ¿no?
- Sí. Pero tengo miedo…esto ha sido muy rápido. Nos hemos conocido y hemos renunciado a todo…
- No tengas miedo, por favor. Hemos renunciado a todo porque estábamos cansados de vivir una vida que no era la que queríamos. Ambos necesitábamos cambiar, necesitábamos conocernos y cambiar de vida, cambiar a la vida que siempre hemos querido.

Se miraron y sonrieron.

- De acuerdo, no volveré a estar asustada. Contigo sé que estoy protegida, sé que nadie podrá hacerme daño. Viviré el instante, porque es lo único que importa.

domingo, 10 de agosto de 2008

Reciclando textos***

Sola frente al mundo, él/ella viene a por mí,
quiere hipnotizarme con falsas promesas,
pero su aroma me invita...
Y me pierdo, me pierdo entre sus calles, des-habitadas,
calles en las que hay copias, legales o no, de uno mismo.

Y pienso...
en la imperfección/desigualdad está la perfección/igualdad ¿?
Prejuicios, asco de prejuicios,
imposible juzgar a alguien por su aspecto, bueno o malo.

A pasar un provechoso día.

Puntuación: Mundo 1 - tikat 0



*************************************************************************************



- Tu cara me resulta familiar. Te he visto antes, ¿verdad?
Él calló.
- Perdona, digo que me suena tu cara. Igual me estoy equivocando, pero esos ojos, esos ojos verdes yo los he visto antes. ¡Estoy segura!
- ¿No recuerdas dónde me has visto? Yo te recuerdo perfectamente...
- No, lo siento, pero quizás puedas recordármelo tú...
- Está bien. Soy el chico de tus sueños. Todas las noches, cuando duermes, nos encontramos. He venido a buscarte. Ya no va a hacer falta que sueñes para estar conmigo. Yo te he encontrado a ti y tú me has encontrado a mí.

Tikat...