martes, 2 de noviembre de 2010

Un día no reído... es un día perdido

La risoterapia es una técnica que cada vez va adquiriendo más adeptos, incluso los médicos y psicólogos han comenzado a aconsejar a algunos de sus pacientes el uso de esta terapia

¿Recuerdas la última vez que reíste a carcajadas? Seguro que sí, son cosas que no se olvidan. Te quedas feliz, satisfecho, incluso cansado. Cuando reímos nos sentimos bien, y, sin embargo, nos reímos poco. Científicamente, se ha demostrado que la carcajada aporta múltiples beneficios: rejuvenece, elimina el estrés, la ansiedad, la depresión, las tensiones, adelgaza, reduce los dolores, el insomnio y es una terapia alternativa para tratar problemas cardiovasculares o respiratorios. Además, nos aporta aceptación, autoestima o relajación, entre otras cosas.

La risoterapia es más que una técnica, es una manera de ver las cosas de manera positiva, de ver la botella medio llena siempre, de reírte de todo para que la vida sea más llevadera. Esta técnica está teniendo cada vez más adeptos. Incluso los médicos y los psicólogos están comenzando a aconsejar a algunos de sus pacientes que acudan a estos talleres para completar su tratamiento: especialmente a pacientes con cáncer o con alguna enfermedad degenerativa pero también a mujeres con menopausia o a personas con problemas personales.

¿Cuál es la explicación científica del poder terapéutico de la risa? Cuando reímos a carcajadas segregamos muchas más endorfinas, también presentes en, por ejemplo, el chocolate. Las endorfinas son el analgésico natural del organismo y ayudan a un buen equilibrio psíquico de la persona. Por ello cuando reímos a carcajadas nos sentimos tan relajados. Como dijo el doctor Rubinstein, “la risa es un verdadero desintoxicante moral capaz de curar o por lo menos atenuar la mayoría de nuestros males. Y además, no hay ningún peligro si se supera la dosis”.

La risoterapia en Navarra

Pepa Marianas Rubio es una risoterapeuta que actualmente reside y trabaja en Navarra, aunque da talleres y cursos por todo el país. Pepa nació en Huelva y estudió teatro, especializándose en Teatro Cómico y Comedia del Arte. Fue entonces cuando conoció las terapias naturales, y la risoterapia le enganchó. Fue a Barcelona a entrenarse a fondo en esta técnica, en la institución “Salud Inteligente”. Desde entonces imparte cursos y talleres de Risoterapia y dinámica de la Risa, así como eventos y charlas.

Esta terapia puede utilizarse tanto con fines terapéuticos como fines lúdicos. “Viene gente de todas las edades. Son grupos muy heterogéneos. Suele haber más mujeres que hombres, y también jubilados, jóvenes…, aunque a los más jóvenes les cuesta más soltarse”, reconoce Pepa. Según esta pionera de la risoterapia en Navarra, la gente acude a las sesiones por diversos motivos: “al principio mucha gente va por curiosidad, también hay gente que dice que se ríe poco y quiere conocer a gente, o gente con algún disgusto que quiere relajarse y cada vez más recomendados por sus psicólogos o sus médicos de cabecera”. Sin embargo, “el motivo más común es el estrés y la vida rutinaria”, algo que, según Pepa, es bueno combatir mediante la risa. Osho, maestro espiritual indio, dijo en una ocasión que "la vida es en su totalidad una gran broma cósmica. No es algo serio, tómala seriamente y la perderás. Compréndela únicamente a través de la Risa".

Las terapias alternativas cada vez están cobrando más importancia en el tratamiento de enfermedades, pero, según Pepa, “es un apoyo, nunca pueden sustituir a la intervención profesional. La risa trae pensamiento positivo, optimismo, por eso ayuda con la depresión media”. Cuando te ríes, “quedas relajado y con la mente limpia, nos ayuda a recompensar los desequilibrios”. Y es que, con la risa, sudamos y soltamos una gran cantidad de energía: “cinco minutos de risa equivalen a 40 minutos de gimnasia”, dice esta risoterapeuta navarra.

Uno de sus lemas, “con la risoterapia cuerpo contento”, es el que utiliza en sus talleres para explicar a sus alumnos la importancia de la risa: mejora el estado del hígado, la vesícula biliar, los riñones, el corazón… Pero las propias personas que acuden a estos talleres se dan cuenta por ellos mismos de los muchos beneficios que tiene reírse: “te relacionas mucho mejor con las personas, la risa hace que las personas compartan algo entre sí y eso les acerca. Te cambia el estado de ánimo y eso repercute positivamente en tu vida cotidiana”. Todos sabemos muy bien que la risa se contagia, y lo que queda después de la risa, el sentirte bien emocionalmente, es lo más importante. “Otro de los beneficios es que te ayuda a perder el sentido del ridículo”, Pepa afirma que ella no se siente ridícula cuando, por ejemplo, tiene que explicar un ejercicio con la lengua afuera, y no ve ridículos a sus alumnos cuando tienen que hacer lo mismo. Ella los ve felices, y nota una diferencia notable en el brillo de su mirada. Además, “la risoterapia también es algo muy físico. Se fortalece la musculatura de la cara y tomamos 4 veces más aire al reír que cuando respiras de forma normal. Esto renueva la sangre y la tonifica mucho”, comenta Pepa. Aunque resulte difícil de creer, con la risa ponemos en marcha unos 400 músculos. Viene bien para todo: “los huesos de la columna vertebral y las cervicales, que es donde se acumulan más tensiones, se estiran, los ojos se limpian por las lágrimas que expulsamos, las carcajadas hacen vibrar la cabeza, despejan la nariz y el oído...”.

Estos talleres también pueden ser individuales, pero son más solicitadas las terapias en grupo, enriquece más el estar en compañía de gente. “En grupo nacen aptitudes que solo a lo mejor no encuentras”, afirma Pepa.

Junto a la logoterapeuta Ana Artázcoz, Pepa Marianas ha creado “la escuela de la alegría”, que consiste en combinar talleres de risoterapia con sesiones de logoterapia, reflexionando sobre el optimismo. La logoterapia es una terapia que consiste en buscar el sentido a la existencia para seguir adelante, a pesar de las dificultades que puedas tener en la vida.

Irune García es una navarra de 24 años que acudió a uno de estos talleres de risoterapia. “La primera vez que escuché que existía algo así me llamó la atención y quise saber en qué consistía, así que pensé que estaría bien probar la experiencia. Yo creo que a todos nos gusta reír, es una sensación agradable, y además, según parece, también es muy saludable”. Irune vio en la programación cultural de su pueblo que ofertaban esta actividad, y no dudó en apuntarse. Fue sola, con un poco de vergüenza, pero conforme iba realizando los juegos fue volviendo, poco a poco, a su infancia: “Nos juntamos unas 12 personas, la mayoría jóvenes de entre 18 y 30 años. Al principio me dio vergüenza empezar a hacer los juegos que nos proponía la monitora, pero a medida que iba pasando el tiempo cada vez estaba más a gusto y disfruté mucho”. Recuerda los ejercicios que hicieron: “Hicimos respiraciones para aprender a relajarnos, bailamos, imitamos animales, nos hicimos cosquillas unos a otros, aprendimos los cinco tipos de risa y para qué servía cada uno”. Porque cada vocal hace vibrar una zona del cuerpo determinada: la A hace vibrar los riñones, los ovarios, la matriz, el vientre y los intestinos, la E el estómago y el hígado, la I el cuello y la garganta, la O la cabeza y el cerebro y la U la espalda y los pulmones. Por eso es un ejercicio muy completo. Irune recomienda a cualquier persona que acuda a este curso, porque, para ella, “fue un curso muy enriquecedor”.

Otro ejercicio común de estos talleres es “la espiga”, aunque cada risoterapeuta lo llama de manera diferente. El juego consiste en que una persona pone la cabeza sobre la tripa del otro y alguien lo hará en la suya. Consiste en empezar a reírse y la risa se va contagiando de uno a otro.

Historia de la risa

Desde hace siglos, la filosofía ha reconocido la importancia que tiene la risa y el sentido del humor. El origen de la risa como terapia puede remontarse al antiguo imperio chino, hace más de 4000 años. Había unos templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud. Otro de los orígenes de la risoterapia está en la India, donde también se encuentran templos sagrados donde se puede practicar la risa. También en culturas tribales, como origen del payaso actual, existía la figura del "doctor payaso" o "payaso sagrado", un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.

Más adelante, el filósofo contemporáneo Sigmund Freud dio un paso adelante, atribuyendo a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, lo que ha sido más adelante comprobado científicamente.

En las últimas décadas se ha avanzado mucho en la aplicación de la risa como terapia. En los años 70, un doctor californiano, Hunter “Patch” Adams, conocido como el “doctor de la risa”, comenzó a aplicar la risa y el buen humor como apoyo en los tratamientos de enfermedades, obteniendo unos buenos resultados. A partir de entonces se empezó a utilizar esta técnica de la risa en muchos hospitales de EEUU, Suiza, Alemania y Francia. Respecto a ese doctor californiano, se hizo una película de su mismo nombre: “Patch Adams”, protagonizada por el conocido actor Robin Williams. En la película se narra la vida del “doctor de la risa”.

Por otra parte, hubo un caso muy comentado que también ha influido notablemente en el desarrollo de la risoterapia. Norman Cousins fue un periodista americano al que le diagnosticaron una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Cousins, sin hacer caso de los médicos, comenzó un autotratamiento muy especial a base de películas de Charles Chaplin y de los hermanos Marx. Aunque parezca difícil de creer, en unos meses su enfermedad cesó. Ciertamente, no se puede asociar científicamente una relación causa-efecto en el caso de Cousins, pero sí se puede afirmar que, en un gran número de casos, el estado de ánimo ha hecho mejorar en gran medida la salud de los enfermos. Es por esto que la risoterapia ha ido investigándose y desarrollándose como terapia complementaria a tratamientos médicos.

Por otra parte, organizaciones como Médicos sin Fronteras y Payasos sin Fronteras han utilizado la risa para trabajar con personas que, por una u otra razón, han perdido la sonrisa, tratando de que recuperen la felicidad a pesar de sus problemas. Un ejemplo de ello es el programa Correos reparte sonrisas, que ya lleva tres ediciones. Como novedad, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lleida se ha incluido la asignatura "El humor como herramienta terapéutica". Esto se ha convertido en un gran logro para el desarrollo de la risoterapia, cuyo futuro se augura prometedor, y es que, como dice Pepa Marianas en su página web (www.risoservicios.com), “un día no reído…es un día perdido”.

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