martes, 1 de julio de 2008

Fear is only in our minds...



- Frente a mí 2 puertas. Una conduce a la felicidad y otra conduce a la tristeza. Otra vez esta maldita indecisión. ¿Y si me quedo aquí, en el vestíbulo? Entonces no seré ni feliz ni infeliz…y seguiré como hasta ahora, sin saber siquiera lo que siento.
Siempre igual, trato de parecer valiente, e incluso de serlo. Pero, en el momento de tomar una decisión importante no consigo hacerme con una solución que, al menos a mí, me convenza.
- Describe el lugar en el que estás, Rubén.
- En esta habitación sólo hay dos colores: el blanco y el negro. El suelo es negro, la pared (sólo hay una porque es una habitación circular) blanca y el techo negro. Da la sensación de que no hay salida. Como siempre en mi vida…
- Rubén, trata de no irte por las ramas. Recuerda que estoy aquí para ayudarte. Debes decirme qué es lo que ves en esa habitación. Yo sé que tú no estás loco, yo te creo. Pero sabes perfectamente que ellos no.
- Está bien… Pues eso, en la habitación veo frente a mí dos puertas, a, más o menos, 3 metros. Pero no puedo moverme, no puedo alcanzarlas, algo me lo impide… Doctor, no puedo seguir con esto…
- ¿Por qué? Claro que puedes. Eres un chico valiente, te conozco desde hace mucho, Rubén. Debes luchar contra tus miedos; una vez que luches contra ellos estarás curado, ya lo verás. Ahora dime, ¿qué es lo que te impide alcanzar las puertas?
- Mis zapatillas están… ¡pegadas! Pero no veo ningún tipo de pegamento ni algo parecido en ellas… Por favor, Doctor, ¿qué hago?
- Trata de quedarte descalzo, líbrate de tus zapatillas, pero consigue llegar a las puertas.
- ¡No puedo! Están demasiado pegadas a mis pies. ¡Ya está! ¡Lo conseguí! Me estoy acercando a las puertas… ¡oh no!
- ¿Qué pasa? ¿qué es lo que ves?
- Hay algo escrito en las puertas… “Cuando leas esto, tendrás en una mano tu vida y, en la otra, la salvación humana, pero sin saberlo. Una de las puertas te lleva a tu propia salvación, con el consiguiente fin del mundo humano. La otra, salva a todo el mundo menos a ti. ¿Qué es lo que prefieres? El Diablo.”
- Me lo temía…lo siento, Rubén, pero, ¿acaso alguien puede actuar contra el Diablo? Ahora la decisión es únicamente tuya. Yo ya no puedo ayudarte…
- Por favor, Doctor, ¡no puedes abandonarme ahora!
- Debes abrir una puerta, antes de que sea peor…
- ¿Por qué yo?
- Hazlo ya, Rubén, si no él se enfadará.
- Está bien… abriré la puerta blanca… Adiós.
- Seguridad, llévense su cadáver…y háganle una autopsia a él también. Espero que consigamos la respuesta y al siguiente podamos salvarle…

1 comentario:

Borja Echeverría Echeverría dijo...

Hola Beaa! esta bien ver que sigues escribiendo, este texto me gusto mucho, pero la verdad es que sigo sin pillar el final. Algún día lo descubriré. Un saludo