jueves, 24 de julio de 2008

Rumores**

Seguramente habréis jugado alguna vez al teléfono estropeado, ¿no? El juego consiste en sentarse en un círculo un grupo algo numeroso de personas, y dejar que una palabra o frase pase desde el oído de la primera persona hasta el de la última, cerrando el círculo. Suele ser gracioso cómo la mayoría de las veces la palabra que abre el círculo es totalmente diferente a la palabra que lo cierra.

Pues bien, con los rumores pasa algo parecido. Alguien viene y te dice que su amigo le ha dicho que el amigo del amigo de su amigo le ha dicho algo. Y tú te lo crees, ¿qué remedio te queda? Te dicen que fulanito se ha liado con menganita, que uno le criticó a otro sobre un tercero, que aquel está enfermo… y tú te lo crees, ¿qué remedio te queda? ¿Por qué te iba a mentir?

El problema es que nos olvidamos de aquel juego al que jugábamos de pequeñas, en el que, al pasar la palabra o frase de persona a persona, el contenido se iba modificando poco a poco, hasta sonar totalmente distinto a lo que el primer emisor quería mostrar. De la misma manera, si alguien le comenta a otro que le ha parecido oír a unos que decían que tal o cual ha dicho tal cosa, poco a poco la información se irá modificando y estirando como si fuera un chicle, y la gente finalmente mirará mal a una persona que, por ejemplo, tan sólo ha dado su opinión sobre algo a la persona menos idónea.

También hay personas (de todo hay en esta vida) que, al parecer, no tienen otra cosa mejor que hacer que soltar informaciones que se le van ocurriendo sobre la marcha sobre gente que no le cae demasiado bien.

Así que ya sabes, te pueden pasar dos cosas:
1- Que un buen día te despiertes de la cama, vayas a trabajar / estudiar / vaguear y te sientas algo observado. Puede ser que te hayas puesto el jersey del revés o que lleves la bragueta abierta, pero también puede ser que el “graciosillo/a” (por ser sutil, puede que haya niños leyéndolo) de turno haya dicho sobre ti, ¡qué se yo!, cualquier cosa menos lo guapa que estás hoy.
2- Que, si es que no eres de “los míos”, te aburras en tu rutinaria vida, y no se te ocurra cosa mejor que ser tú la “graciosilla/o” (última sutileza que digo) que, con algo tan simple como unas pocas palabras, quiera joder a alguien y le de tiempo al rumor…

Tú eliges…

2 comentarios:

Borja Echeverría Echeverría dijo...

Los rumores, todos hemos pasado por ellos. Tranqui Bea que yo no me creo que hayas echo nada malo, si eres un cacho pan, todos esos rumores de que vas por la calle pegando a ancianitas, atracando licorerias y pervirtiendo a chicos decentes fijo que son mentira.

Saludoos

Joyce dijo...

En serio son mentira esos rumores? Una pena! Yo que quería irme contigo a pegar ancianitas, atracar licorerías y a dejarme pervertir...

Un saludo!