martes, 6 de octubre de 2009

Y es que hay una gran diferencia entre pensar y soñar...***

Imagina un trozo de tela pintado de dos de tus colores favoritos. Alguien te dice que nunca había visto una tela tan fea. ¿Le odiarías para el resto de su vida? ¿Incluso para no hablarle o hablarle mal? ¿Llegarías a matarle? Hay quien adora una bandera de tal manera que quien no la respeta se convierte en "su enemigo". Yo, evidentemente, no lo comparto. Soy de las que creen que en el mundo hay cosas más importantes de las que preocuparse que un simple trozo de tela. "Simboliza mucho", me dirán algunos. Pues yo tengo otros símbolos: mi familia, mis amigos, la compañía, la paz, el amor, la comprensión...creo que deberíamos esforzarnos más por tratar de que esas palabras simbolicen nuestra vida que de que lo haga una bandera. Sea la que sea. Cada uno tiene su propia "bandera", creada con cada una de sus experiencias y deseos. No tiene por qué serte impuesta, porque sí. Lo mismo pasa con la religión, con la atracción sexual, con la manera de vestir, con tus gustos musicales, artísticos... Si eres de los que sigue a la manada porque sí, sin pensar en si es realmente lo que lo más profundo de ti desea, estás perdido. Tu vida será una más, no lucharás por nada ni por nadie, y, por lo tanto, nada ni nadie luchará por ti. Es simple.



...entre unos y otros ahí estás tú, somos los mismos, somos distintos, pero nos llaman multitud. Perdonen que no me levante cuando digas de frente y al paso, no somos tropas no somos soldados, mejor gotas sobre olas flotando...

Y es que hay una gran diferencia entre pensar y soñar...

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